lunes, 31 de octubre de 2011

Noche de Brujas y de asesinatos: terror en negro y disfrazado



Algunos niños que se atrevieron a pedir dulces en la tarde-noche de Halloween en Juaritos se encontraron con cadáveres sin disfraces. Reales:

Fraccionamiento Complejo Interior Aeropuerto: dos jóvenes asesinados en una vivienda. Una mujer herida.

Colonia Santa María: las dos son Marisela, una la mamá. La otra, la hija: una policía municipal, de 24 años. Asesinadas en su casa.

Colonia El Granjero: una pareja camina en la calle. Disparan. Los matan. Ya no obsequian a los niños con dulces en las casitas de la calle Ciruelo. Las autoridades acordonan la zona, los dos cadáveres.

Colonia Niños Héroes: el cadáver de un hombre es arrojado de un vehículo en la calle Azufre, que es de arena del desierto porque está sin pavimentar. Tiene una cinta adhesiva en su rostro.

Los juaritoz son fiesteros, alegres. Son fronterizos con Estados Unidos: la Noche de Brujas la hacen suya muchos de ellos. Ahora entre cadáveres. Y fantasmas reales. Más de 9 mil 700 asesinados en casi cuatro años: diez, hoy, por ahora.

domingo, 23 de octubre de 2011

La esperanza en rojo

























La sangre, preparada: en una Ciudad Juárez que se desangra, a veces varias veces al día: hoy nueve asesinados. Más el resto: los que la necesitan para enfrentarse a la enfermedad.

Y ellos inscritos. Dispuestos a dar. En el Banco Virtual de Sangre (BVS). Desde una Juaritos ahora herida, de la que surgen cada día héroes anónimos a dispuestos a compartir. La mayoría de ellos, chavos universitarios, muy jóvenes, casi como los asesinados que ya son 9.714 personas desde hace casi cuatro años: 1.715, por ahora, en este año en la ciudad.

Cuando comenzó el banco, en el año 2005, José Díaz-Ordaz Castillo era un estudiante de medicina preocupado por la salud de su compañero Aldo Andrés Solano García al que le regresó la leucemia que había padecido de niño.

Eran otros tiempos: en Ciudad Juárez existía la vida que no había en El Paso, Tejas: nada más cruzar uno de los tres puentes fronterizos hacia la ciudad más segura de Estados Unidos y ahora refugio de miles de juarenses. Y Juárez abrazaba -con la inmensa hospitalidad que le caracteriza- a los enfermos estadounidenses y canadienses que venían hasta la ciudad para atenderse con los mejores médicos a unos precios módicos para el bolsillo de aquellos extranjeros en grandes hospitales privados.

"Aldo comenzó a necesitar transfusiones de sangre y nos enfrentamos con la necesidad de ir a donar varios amigos, hasta que ya no pudo donar nadie por periodos muy cortos. De modo, que se me ocurrió realizar campañas de donación de sangre con el Hospital General en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez", recuerda Díaz-Ordaz, que ahora realiza su primer año de internado como médico.

Ahora Aldo no está. Falleció un año después. Pero con tantos heridos y muertos cada día el paisaje de Juaritos es otro: del que surge cada día la vida, la posibilidad del cambio, la esperanza en todos los matices: también en el rojo de la sangre.

"El Banco Virtual de Sangre rescata Juárez para el México que todos queremos, para el mundo. Quiero vivir en un país mejor con el que he soñado. Sueño en que las personas hacen conciencia y dejan de matar", subraya José Díaz-Ordaz Castillo, de 31 años, y fundador del BVS.

Los chavos comenzaron a apuntarse en una lista, a conectarse por correo electrónico y a donar cuando alguno de ellos necesitaban sangre. Ahora la lista es abierta y se pide a las personas inscritas que donen, al menos, una vez al año.

"Tenemos los datos de los donadores, sabemos si pueden donar, el tipo de sangre que tienen, así cuando hay necesidad de un tipo de sangre específico tenemos forma de obtenerla. También, tenemos un programa de conciencia juvenil en el cual promovemos la donación de sangre en los niños de primarias, secundarias y preparatorias enseñándoles para qué sirve la sangre, cómo funciona y cómo cuidar su cuerpo para que cuando cumplan 18 años sean sujetos de donación", explica.

El mejor reconocimiento en este tiempo han sido "los cientos de personas que se han salvado por la sangre que han donado nuestros participantes", asegura el médico interno José Díaz-Ordaz Castillo, que gana 325 pesos semanales (unos 27 dólares) por cien horas de trabajo (a la semana) en un hospital de Juárez y en el poco tiempo libre que tiene, que no lo dedica para los demás, intenta hacer cualquier trabajito para sobrevivir.

"En la medicina uno no ve a quien va la sangre. Uno dona sangre para quien lo necesita, sea rico, pobre, profesionista o sicario él sigue siendo persona, y como médicos hacemos el bien sin mirar a quién. Es por eso que me da mucha tristeza que sigan secuestrando y matando a los doctores que no tiene nada que ver en esta guerra".

****Los muertitos de hoy fueron nueve, entre ellos dos hermanos, una pareja y un hombre con la cabeza decapitada. Es 23 de octubre, el día que se celebra en México el Día del Médico. En Ciudad Juárez muchos de ellos ya no están. Trabajan en la clandestinidad como mi dentista, que vive ahora en El Paso, Tejas, y que como no tiene licencia para trabajar en Estados Unidos decide cruzar a Juárez durante una semana al mes para atender a sus pacientes o a los que le recomendamos en nueva oficina donde no hay un cartel que señale que lo hace ahí para prevenir ser secuestrado, robado o extorsionado. Como ya lo sufrió antes él y los que ya no están.

sábado, 8 de octubre de 2011

José Antonio Guzmán muere de tristeza: tras no encontrar a sus dos hijos desaparecidos por el Ejército













Hace un ratito recibí este mensaje:

Compañeros y compañeras,

Les escribo para darles una muy mala noticia. Murió el señor Antonio Guzmán, padre de los hermanos Carlos y José Luis Guzmán Zúñiga, secuestrados por el Ejército mexicano en Ciudad Juárez, Chihuahua, en noviembre del 2008 y hasta la fecha no los hemos encontrado.

El señor Guzmán era un hombre grande y fuerte, que buscó a sus hijos por todas partes. La tristeza e indignación le ocasionó la muerte el lunes 3 de octubre del 2001. Le dio un infarto fulminante, a pesar de que que él no estaba enfermo de nada, sólo de TRISTEZA.
Calderón de nuevo tus manos se manchan de sangre inocente.

Descase en paz don Antonio, que nosotros/as no descansaremos hasta lograr la justicia y fin de la impunidad que tantas familias ha enlutado en nuestra querida Ciudad Juárez y México.

Cipriana Jurado Herrera

El correo electrónico venía desde Estados Unidos, el país al que Cipriana tuvo que huir tras denunciar en repetidas ocasiones las desapariciones de personas por parte del Ejército mexicano enviado a Juárez por el presidente Felipe Calderón en la llamada guerra contra el narcotráfico.

De pronto, recordé otras palabras. Las que gritaba el señor Guzmán. Y pensé que falleció sin saber dónde están sus hijos, ni en la tierra que tanto amaba y de la que tuvo que huir a Estados Unidos hace unos dos años cuando comenzaron fuertes amenazas para que dejara de investigar:

"Sólo quiero que me los entreguen, para darles cristiana sepultura. Quiero morir tranquilo sabiendo dónde quedaron", repetía constantemente.

Una mañana. Del 14 de noviembre de 2008 en la colonia Independencia II. Carlos y José Luis Guzmán Zúñiga están en su casa, aún con pijama, antes de ir a su trabajo en una tienda de segundas. Los soldados entran. Se los llevan. Sus padres no los ven: están en Estados Unidos visitando a parte de su familia. Los vecinos les avisan. Comienza el calvario.

Y ahora resurge el dolor. En el exilio. Los recuerdos. Aquella primera vez en la que Cipriana Jurado -que en junio se convirtió en la primera activista mexicana que logra el asilo político en Estados Unidos- conoció al señor Guzmán que buscaba a alguien que le escuchara, que le ayudara a que le devolvieran a sus hijos.

La llamo. Al otro lado del celular se encuentra esa mujer pequeñita de estatura y enorme en valentía y corazón que comenzó a trabajar en una fábrica maquiladora cuando tenía 13 años de edad, que iba siendo despedida de maquila en maquila por demandar los derechos para los trabajadores durante 15 años.
Después, se unieron otras luchas, en contra del feminicidio y de las desapariciones forzadas del Ejército junto a la activista Josefina Reyes, asesinada al igual que 5 miembros más de la familia.

"Este fue uno de los casos por los que tuve que exiliarme", dice Cipriana, de 44 años y madre de dos hijos. "Siento coraje, mucha tristeza, yo no sé hasta qué punto vamos a seguir soportando este tipo de situaciones. Siguen enlutándose las familias en Juárez, en México, por una guerra. Y en este caso es responsabilidad de Calderón porque él mandó al Ejército y el Ejército desapareció a los hermanos Guzmán Zúñiga", agrega.

La desaparición de los hijos del señor Guzmán llegó hasta la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México y Amnistía Internacional, que demandó la liberación a las autoridades mexicanas.

"El martes me llegó la paquetería de la gente de Amnistía Internacional con 600 cartas de apoyo para la familia de los hermanos desaparecidos. Y me dijeron que iban a estar llegando más. Ya no las vio el señor Guzmán".

Le pregunto a Cipriana Jurado si tiene algo más que añadir. Y ella me dice:

"Sí, seguiremos luchando por la aparición de ellos. Y de tantos otros".

*****Los muertitos del sábado fueron 8. Tres de ellos a la salida de un supermercado bajo el pánico de niños y mayores que temieron ser asesinados también.
En las fotos, de izquierda a derecha, José Luis y Carlos Guzmán Zuñiga, que tenían 29 y 27 años el 14 de noviembre del 2008 cuando fueron detenidos por el Ejército sin que se haya sabido nada más.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Diario de la espera de una mamá: 12 semanas en una ciudad con más de 9.600 asesinatos



















** Los asesinados en Ciudad Juárez han llegado, por ahora, a los 9 mil 600 desde que comenzó la llamada guerra contra el narcotráfico del presidente Felipe Calderón apoyado por el Ejército y la Policía Federal, hace casi cuatro años. Aquí Lucy Muñoz, de 37 años, sigue buscando a su hija: la mayor de sus cuatro pequeños. Lo hace en esta ciudad donde el tener un amigo, vecino, familiar, colega asesinado, secuestrado o extorsionado se ha convertido ahora en la normalidad (anómala). Lucy busca a su Nancita, acompañada de familiares, vecinos y amigos: como otras tantas mamás y papás en Ciudad Juárez, algunos desde hace más de quince años. Esto es lo que vive:

El jueves pasado fui al Semefo (Servicio Médico Forense) porque habían encontrado a una muchacha, pero gracias a Dios no era mi hija. Me dijeron que tenían que ir para descartar todo. Llevaba a mi nietecita (hija de Nancy Navarro, de 18 años, desaparecida) y a mi mamá, y fuimos a la Procuraduría y era una de 35 anos que no era...

Doce semanas: cada miércoles esperando que mi hija regrese, pero pasan las horas , se pasa el día y nada. (Era miércoles el 13 de julio cuando desapareció). Sólo queda no perder mi esperanza ni la fe de que algún día voy a ver a mi chiquita.

Todos los días salgo (a buscarla), todavía no la encuentran. Hoy fui a dos secundarias... Siempre cargo ahora mi bolsa y siempre traigo las pesquisas de mi hija.
Realmente siento temor. En cuanto alguien me pregunta en el centro (donde desapareció Nancy Navarro), mi reacción es ser agresiva, y tengo que echarle ganas, porque sino estoy fuerte no voy a seguir adelante.
He aprendido muchas cosas, a sobrellevar esto. Lo que no entiendo es porqué fue a nosotros y tal vez fue una prueba para darnos cuenta cómo está el mundo y con esta prueba se da cuenta que uno tiene que desconfiar ....

Conocí a la que trae el caso de mi hija ahora, la licenciada V. (...). Según ella, hay avances, pero no hay nada de las pistas, nada que han hallado o han investigando. Ni siquiera me han llamado para identificar los cargos y yo pensaba que con tanto (policía) federal corrupto que agarraron (la encontrarían).

Ahora me están avisando a acompañar a la señora Castillo, apenitas le van a entregar el cuerpo de la niña Mónica Liliana Delgado Castillo. Desapareció un 18 de octubre del 2010, la encontraron en enero muerta y le habían avisado apenas. Nueve meses después. Tenía 18 años, como mi Nancita.

Mi hijo me pregunta si se le olvidará a Brianita su mamá. Yo le digo que mientras estemos recordándola, no se le va a olvidar. Seguimos con la oración todas las noches. Me siguen llegando regalos de vírgenes y regalitos para mi hija. Vino mi hermana de México y me trajo varios rosarios benditos de la basílica (de Guadalupe) y una virgen y un rosario grandotes.

Me pregunta la gente cómo estoy. Bien dentro de lo que cabe, mientras no tenga noticias de mi hija no voy a estar bien. Esto me tocó en una etapa que gracias a Dios los niños son chiquitos y me ocupan mucho tiempo...